
La primera vez...
tarde pasaría algo que nos haría sentir como las peores criminales del mundo pero al mismo tiempo nos mostraría que el amor y la necesidad de la una a la otra, era lo más valiosos que teníamos y por eso, se cerraría con broche de oro la injusticia más bonita que jamás nos haya unido.
Al término de las cervezas, ella sacó un suave pañuelo negro de su bolsillo, tapo mis ojos y subimos a un carro que nos esperaba en la portería de su casa. La curiosidad, la incertidumbre y un silencio incómodo se tomaba el lugar, yo no sabía si preguntar ¿para dónde íbamos?, ¿porque? o ¿a que? ¡¡¡nada!!! De hecho,el taxista, tampoco susurraba un palabra, él había sido contratado para llevarnos de un lugar a otro y estaba cumpliendo su tarea a cabalidad, ni siquiera necesitaba preguntar la dirección de destino. Por otro lado, los nervios y el miedo de que todo saliera como lo había planeado, tampoco la dejaban pronunciar una palabra.
De repente el taxi se detuvo, ella pagó y me ayudó a bajar para no tropezar con los escalones de la entrada, alguien muy amablemente nos abrió la puerta y nos dio la bienvenida dirigiéndonos hacia la recepción, el recepcionista nos preguntó el nombre, número de la reserva y documento de identidad; para este momento las cosas se estaban complicando, pues ella me tuvo que destapar los ojos para que el recepcionista verificara mi identidad y nos autorizara el ingreso.
Cuando me destaparon los ojos y él se dio cuenta cuenta que no éramos una pareja como muchas otras que usualmente entran allí. Nos dijo: “Que pena con ustedes, pero lamento informarles que por políticas del lugar no puedo autorizar su ingreso, pero ya que no se les informó sobre nuestro derecho de admisión con anterioridad, se les devolverá el 30% de la reserva” A lo cual respondimos, ¿Que? ¿Por qué?; ¿De qué políticas habla? a lo que él respondió: “Lo que pasa es que La posada es un motel para parejas normales, no así ( señalandonos con el dedo índice de un lado a otro). Ella sin problema alguno, empezó a reclamarle por que lo que estaba haciendo era demasiado injusto, además nosotros tenemos los mismos derecho que cualquier ser humano, por lo tanto, no nos vamos ir sin que nos autoricen el ingreso.
Al ver la actitud retadora y necia de ella, el recepcionista con risita burlona, agacho la frente y tocándosela con su mano derecha respondiendo: “Esto no se trata de derechos ni nada de eso”, apoyando sus codos en la barra de la recepción nos dice despacio y claramente “este motel es solo para parejas normales, nosotros cuidamos mucho la imagen del establecimiento por lo tanto no podemos permitir el ingreso de parejas así”. En ese momento entró una mujer de aproximadamente 25 años con vestido corto, rojo, ceñido a su cuerpo y acompañado de tacones altos negros; ella iba de la mano con un hombre de 65 años en promedio y se pararon detrás de nosotros. Al ver que la discusión entre el recepcionista y nosotros, se acercaron, se pararon al lado para oír mejor. El recepcionista en su afán de tapar las cosas, de no dejar que los demás clientes se dieran cuenta del escándalo que cada vez tomaba más y más fuerza, nos dijo en voz baja “Podrían correrse un momento, mientras atiendo a las demás personas”, lo cual desató nuestra ira, y sin pena alguna ella gritó "Lo que ustedes están haciendo es una discriminación y va en contra de los derechos humanos, cualquier pareja debería ser libre de entrar". Al escuchar esto, la pareja que estaba parada detrás, se alejó y se dirigieron al interior del motel sin autorización alguna. Esto, nos hizo ver que esa lucha era de sólo de nosotras, nadie se metería a abogar en nuestro favor y mucho menos si se trataba de gente “Así” como dijo el recepcionista.
La discusión se prolongó, según el recepcionista, estábamos abusando e irrespetando el lugar con el escándalo, para sus ojos él no estaba haciendo nada malo que atentara en contra de nuestra dignidad. Su diminuto cerebro se sugirió una salida fácil y rápida con la que tal vez nos sacaría corriendo, dijo: “Si no se van ya, llamo a la policía y hago que se las lleven por escándalo público y muchas otras cosas.” Ella aprovechándose de lo que este señor nos acababa de decir que nos acababa de decir le respondió. “Llámela y le preguntamos quien es el que está cometiendo el delito aquì”. Teniendo en cuenta la efectividad de la policía en nuestro país, llegaron 45 minutos después, apenas entraron el recepcionista dijo "señor agente estas personas están haciendo escándalo en el motel y no me están dejando atender los demás clientes", a lo cual le respondimos que estamos siendo víctimas de discriminación sexual y queriamos defendernos; el ambiente se tornaba cada vez más pesado, las agresiones verbales iban y venían. De un momento a otro el recepcionista gritó: "Personas como ustedes no deberían venir a sitios como estos, mejor dicho no deberían salir a la calle", este comentario exaltó la furia de mi pareja y gritándole que nos respetara, se abalanzó sobre el recepcionista, le pego una cachetada, lo empujó hacia atrás hasta que intervino la policía. Y como la vida no es justa, el policía tratando de encontrar una solución, nos arrestó a la fuerza por escándalo público y agresión personal.
Cuando llegamos a la estación de policía, teníamos el ánimo por el suelo, no sabíamos cuál de los dos nos había tratado peor y decidimos bajar la guardia, era una lucha perdida y lo único importante era que seguíamos unidas, juntas y demostrandonos que estábamos dispuestas a luchar contra cualquier policía o recepcionista que intentar arruinar nuestro aniversario.
Al bajarnos de la patrulla, nos notificaron y anotaron nuestros datos en un libro gigante y viejo, el mismo libro donde estaban los datos de todos los delincuentes que pasaban por ahí, nuestros nombres estaban al lado de ladrones, violadores, raponeros, etc… pero nosotros éramos tratadas con uno de ellos. Uno de los policías nos pidió las cédulas para verificar la información. Pero ella llena de rabia, le tiro la cédula y empezó a reclamarle por los rasguños durante el arresto, al ver su actitud, el policía llamó a dos de sus compañeros y le dió la orden de meternos en la celda del fondo.
Esta ha sido la peor noche de nuestras vidas, pero independientemente de lo sucedido y los errores cometidos por parte y parte, fue la mejor declaración de amor que nunca esperé, aunque no tuvo final feliz, ni flores, ni velas y mucho menos una cama por la que peleamos la noche anterior, ella me enseñó que lo de nosotras también valía la pena, que era sincero, que no teníamos de qué avergonzarnos, que merecíamos el mismo respeto que los demás y que era una lucha, no solo con estos dos personajes sino con la sociedad; porque esto no es un delito.
Por este y muchos casos de discriminación homosexual que no han sido denunciado, nos tomamos las tarea de sugerir lista de moteles en donde las parejas homosexuales pueden acceder a los servicios sin pasar por momento incómodos y reprochables como el anterior.
MOTEL CHOCOLATE SWEET
Dirección: Calle 16AS # 14-16, Bogotá, Colombia
Tel: +57 1 3667161
Precios: promedio son de $120.000.
MOTEL PELIKANOS
Dirección: Barrio Las Ferias, transversal 69B Bis No 72-61/69
Tel:
Precios: En promedio son de $64.000 hasta $120.000.
MOTEL AMARTE
Dirección: Calle 62 # 14 – 19 | 2558420 – 2126650
Tel: 2558420 – 2126650
Precios: En promedio entre $30,000 hasta $ 40,000
BABILONIA SUITES
Dirección: carrera 7 N 188 – 57
Tel: 0316747340 - 0316711389
Precio: En promedio entre $96.000 hasta $ 100.00
AMOBLADOS MARYLAND
Dirección: Álamos - Transversal 93 #52ª 21
Tel: 7436025/29.
Precio: En promedio entre $83.000 y $300.000
MOTEL ROMANCES
Dirección: Km 4 vía Siberia - Funza
Tel: 321 2169911
Precios: En promedio de $ 150.000
MOTEL LAS PALMAS
Dirección: Calle 62 Nº 14 - 31, Chapinero
Tel: 0312126335
Precios: En promedio $ 155.000 hasta $ 200.00
MOTEL ROCAMAR
Dirección: Calle 168 Nº 7 - 50
Tel: 6772139
Precios: En promedio $125.000
MOTEL EL PORTAL
Dirección: Carrera 15 Nº 61 - 53, Chapinero
Tel: 2490031
Precios: En promedio $ 80.000
ALTOS DE LA CALERA
Dirección: Km 4.5 - vía a la Calera
Tel: 5320999
Precios: En promedio $ 85.000
COCONITO
Dirección: Transversal 93 Nº 52 - 21, Álamos
Tel: 4139881
Precios: En promedio $ 65.000

Tal vez no era la primera vez… no era la primera vez que tenía sexo, no era la primera vez que entraba a un motel y tampoco era la primera vez que follaba sobre una silla de posiciones hasta más no poder… Pero esta seguía siendo mi primera vez.
Dos Heineken, después de una maravillosa comida preparada con sus propias manos, celebraban nuestro primer aniversario; esas manos que son pésimas cocinando y que aún no tiene el cálculo exacto entre lo dulce y lo amargo, hacían de esa noche la mejor de todas las celebraciones. Para mi grata sorpresa, ahí no se terminaba la celebración, más
© 2023 by Sassy DJ. Proudly created with Wix.com