¡La religión sí es gay!

 

 

Las creencias religiosas siempre han sido detonante de fuertes discusiones entre homosexuales, creyentes de la iglesia católica y miembros de ella. Las disputas por la defensa o la detracción del matrimonio igualitario, la adopción por parejas del mismo sexo y hasta la propia existencia de la comunidad LGBTI han sido discutidas desde hace mucho tiempo atrás. Pero se han preguntado ¿Por qué se originaron estas discusiones? Si Dios existe y odia a los homosexuales ¿Por qué existimos entonces? La historia tiene suculentos hechos que nos pueden hacer llegar a una posible respuesta.

 

La historia es relatada por un historiador llamado John Boswell, egresado de la Universidad de Yale, quien se encargó de investigar un culto religioso bastante particular llamado la “adolphopoiesis”. ¿WHAT? Sí, este término tan bizarro hace referencia a una ceremonia propia de la Edad Media la cual invoca la unión de dos personas del mismo sexo, a través de sus más grandes protectores y exponentes de la santidad (San Baco y San Sergio).

 

Este par de pillos mantenían una relación amorosa y completamente abierta dentro de la milicia romana. Este suceso se remonta al siglo IV D.C donde se era permitido tener una relación completamente homosexual. El arco iris se podía ver a través de esta pareja, que sufriría posteriormente de humillaciones y torturas sólo por ser cristianos. Así es, la religión que dice que nos salvaría del mal y de los pecados más grandes de la humanidad, fue la condena más grave para estos aspirantes a la santidad. La milicia romana tenía como única prohibición el cristianismo, y al darse cuenta el Emperador Maximiliano de su orientación religiosa los torturaron y los forzaron a vestirse de novias mientras caminaban cogidos de la mano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estos dos santitos fueron respetados y admirados en un principio por sus grandes desempeños militares y la virilidad que poseían.

 

 

Pero bueno ¿Por qué los canonizaron la iglesia católica? Cuenta la leyenda que mientras eran forzados a caminar cogidos de la mano vistiendo ropaje femenino, alabaron a Dios con la siguiente alabanza:

 

 

“Puesto que las mujeres pueden glorificar a Dios en tales vestimentas, no hay razón alguna para que ellos no pudieran hacerlo” y respondieron al emperador “Como novias nos has vestido con hábitos de mujer, y has hecho bien, pues novias somos, entre nosotros, y de Jesucristo“

 

Sin embargo, esta no es la única historia. Existen más rumores sobre la unión de santos homosexuales. Se dice, tan sólo es una teoría, que Jesús y uno de sus apóstoles Pedro sostenían una relación amorosa. De igual modo, se rumora que al negar Pedro a Jesús, él estaba negando cualquier relación amorosa que podría sostener con él. Pero los rumores tampoco acaban; se dice también que Jesús era quien casaba a las parejas del mismo sexo (casamientos en los que aparentemente hay pruebas artísticas que demuestran aquellos compromisos). Adicionalmente, las malas lenguas dicen que Santo Tomás de Aquino y San Agustín incurrieron en la homosexualidad.

 

En fin, la tal “enfermedad” que los cristianos dicen que es la homosexualidad llegó inclusive a personas de la santidad y del cristianismo. Este podría ser un llamado a los homófobos y a los pastores de Iglesias a que dejen de decir que la homosexualidad es anormal, porque inclusive la historia puede hacer caer el teatro de lo “correcto” y lo “verdadero”.